Perrier es una marca francesa de agua mineral carbonatada embotellada procedente del manantial des Boullens, conocido desde 1903 como manantial Perrier, en Vergéze
Todo comenzó en 1863 con Napoleón III quien obtuvo los derechos para explotar la fuente de Vergéze. Despues de esto, Bouillens se convirtió en uno de los balnearios más importantes debido a sus aguas termales. Mientras tanto, Alphonse Granier fundó la Société de l’Etablissement Thermal des Eaux Minérale de Vergèze. Entre los novedosos servicios que ofrecía el lugar se encontraban: baños fríos, fango, gas e inhalaciones de carbón, duchas y venta del agua embotellada.
Para 1869 la empresa se enfrentó a un incendio que arrasó con todas las instalaciones. Más tarde entraron nuevos socios en el negocio, como Rouvuiére, que estableció una sociedad con el doctor Louis Perrier. Louis fue quien llevó al agua a nuevos límites gracias a sus continuos descubrimientos e innovaciones. Perrier fue el primero en utilizar el concepto de agua mineral para bebidas y productos pensados para la salud, por las posibilidades terapéuticas de las aguas termales; también mejoró las técnicas para el embotellamiento del agua y esta se volvió tan popular que logró ser reconocida oficialmente como activo nacional.
Pero realmente fue la inversión que John Harmsworth en 1903 la que llevó el agua francesa a inglaterra. El primer paso de Harmsworth fue cambiar el nombre de la empresa de “Compañía de Vergèze” por el de “Source Perrier” en honor a su socio, el Dr. Perrier, quien hizo conocida el agua. Y para 1905, la monarquía inglesa lo designó como “el proveedor oficial de su majestad Eduardo VII y el rey Jorge VI”.
Al año siguiente, la marca cambió su nombre por La Compagnie de la Source Perrier y fue premiada en la exposición Anglo-Francesa de Londres por sus altas ventas.
La marca continuó con su crecimiento ascendente y en 1914 elevó su producción a más de diez millones de botellas. Además, para ese año ya era la marca favorita de los oficiales de Imperio Británico residentes en las colonias inglesas de Delhi y Singapur.
Tiempo después, tras la muerte de John Harmsworth, aparecieron nuevos socios franceses. La familia Leven compró las acciones de la Société Perrier: Georges y su hijo Gustave, por un lado, y Maurice Epry y Jean Davray por el otro.
Pero sería Davray quien marcaría un antes y después para Perrier ya que despues de la Segunda Guerra Mundial, el socio y ejecutivo de la compañía tomó las riendas de la publicidad de la marca, hasta su muerte en 1985.
La demanda de la marca llevó a la construcción de una nueva planta, en 1950. Con ella se alcanzó la cifra de 131 millones de botellas producidas, y bajo la visión de la familia Leven se introdujeron nuevos productos, como la soda Pschitt, en 1954.
Perrier siempre se caracterizó por su singular envase de vidrio verde. Para contrarrestar la tendencia del cambio de material vidrio por plástico pensado para un reciclado más rápido y para mantener intacta su identidad por la utilización de gas de carbón, la marca no tuvo mejor opción que comenzar a producir en masa su propio cristal, en 1973.
Para En 1976, la marca francesa estableció una sede propia para importar su producto a los Estados Unidos. Con base de operaciones en la localidad de Greenwich, Connecticut, nació The Perrier Group of America.
La estadounidense Perrier empezó, al igual que la empresa madre, con una sola marca (Perrier) que, si bien contaba con fama internacional, debía hacer frente al mercado norteamericano, uno de los más aguerridos. Al año siguiente, en 1977, el market share de Perrier alcanzó 6 por ciento del mercado de las aguas minerales carbonatadas. Así lo demostraban los números de la compañía, como su crecimiento en las exportaciones: de la cifra de 3 millones de botellas registrada en 1976, la marca pasó a importar 40 millones en 1977 y alcanzó la cifra de 80 millones en 1978.
El éxito del agua con gas francesa en los Estados Unidos la llevó a ser la marca de agua gasificada número uno del mundo. El crecimiento trajo nuevos integrantes a la familia de Perrier, como el sabor Perrier condimentado.
Para 1983, Perrier inauguró su sede propia en el Reino Unido. Al año siguiente, la marca contaba con nuevos mercados establecidos, por medio de la exportación de sus productos, en Alemania, Australia, Canadá, Japón y Sudáfrica.
Para 1992, hizo su aparición el Grupo Nestlé -la compañía multinacional de alimentos-, que compró la totalidad del Grupo Perrier Vittel S.A. De esta manera, la legendaria marca francesa de agua Perrier se afianzó en nuevos mercados mundiales, como la región del sudeste asiático. En la actualidad, Perrier Vittel S.A. llega a 140 países de los cinco continentes.
La diferencia básica de Perrier con respecto a las otras aguas minerales es que esta se da por un proceso natural. Es decir, es consecuencia de una corriente de gas de carbón de origen volcánico, presente en la región de Vergéze, además Perrier está compuesta por: 460 mg/l de rastros minerales y 7g/l de carbonización natural.
Otra singular característica de Perrier está representada por su tradicional envase verde de vidrio: una pequeña botella que hoy es reconocida por su exclusiva silueta. En relación con su envase, cabe destacar que la marca también ha trabajado con exclusivas agencias como Topaz y Dragon Rouge para renovar el diseño de su empaque.
Finalmente, Perrier ha tenido muchas colaboraciones para sus empaques, la más reciente es con Takashi Murakami, un artista japonés del que conoceremos más en la siguiente historia.
Te invitamos a ver nuestro video sobre la historia de esta marca en nuestro canal de YouTube, te lo dejamos a continuación.
Comments